domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Qué es una Adicción?

     "Una adicción es una enfermedad neurobiológica que lleva al individuo al uso reiterado de una sustancia a pesar de sus posibles efectos adversos"


     Esta definición, aunque popular, está incompleta. Para entender qué es verdaderamente una adicción debemos empezar por un par de otros términos:
  • Habituación (Adicción Psicológica):  Casi cualquier estímulo que recibimos hace liberar endorfinas en el cerebro lo que resulta en una sensación placentera dependiendo de cuánto nos estimule, una adicción psicológica se produce al estar "enganchado" a un estímulo en particular (puede ser cualquier cosa desde el Wii, el sexo, el facebook o fumar marihuana) pero sin padecer efectos físicos adversos al suspender el estímulo. 
  • Dependencia (Adicción Física): Ciertas sustancias funcionan de tal forma que engañan al cuerpo a creer que son imprescindibles para el buen funcionamiento del mismo, a este estado se le llama dependencia física de una substancia. Desde el punto de vista fenomenológico el único síntoma de una dependencia es el síndrome de abstinencia (el dependiente presenta efectos adversos al suspender el uso de la sustancia, estos efectos varían desde irritabilidad, mareos, vómitos y temblores hasta halucinaciones y Delirium Tremens)                                               Sigue Leyendo


    Tolerancia: La tolerancia se refiere a la dosis de la sustancia necesaria para alcanzar ciertos efectos, a través del tiempo; Falta decir que una tolerancia puede suceder igualmente por factores físicos (el cerebro o el hígado bloqueando o evitando metabolizar la molécula activa) o factores psicológicos (el entrenamiento personal a sobrellevar los efectos de una sustancia, i.e. Un conductor de transporte que aprende a manejar bajo los efectos del alcohol). 

    Ahora, estas definiciones parecen indicar, primero, que cualquier estímulo puede causar adicción del tipo psicológico y que dejar este tipo de adicción puede ser tan fácil como obtenerla; segundo, que una adicción física -o el tipo de adicción que nos imaginamos cuando escuchamos la palabra- sólo es causada por ciertas sustancias con el potencial para hacerlo (café, heroína, alcohol, cocaína, etc) y por ninguna otra y que además una persona dependiente puede ser igualmente un cocainómano o un diabético; tercero, debemos tomar en consideración que el desarrollar una tolerancia a cierta sustancia no está directamente ligado a una adicción sino a lo "acostumbrado" que esté el individuo, tanto en cuerpo como en mente, de utilizar la sustancia.

   ES CRUCIAL para una estrategia de prevención y buen uso de las drogas entender que la terminología de "Drogadicto", "Adicto", "Drogodependiente" crea una atmósfera de prejuicio y aislamiento para el individuo dependiente, borrando la condición de enfermedad neurobiológica y estigmatizando al enfermo con toda la culpa al mismo tiempo que se absuelve al proveedor de las sustancias adictivas; esta situación de aislamiento social pone en mayor riesgo al dependiente y al habituado hacia el abuso de la sustancia, del cual sin duda será culpabilizado también.


   En la década de los 80's se realizaron estudios con animales para comprobar la dependencia física causada por la cocaína, se entrenó a ratas de laboratorio para que al presionar un botón recibieran una dosis de cocaína intravenosa (I-V) y se hizo igualmente con monos que al bajar una palanca recibían un shot de coca I-V. Los resultados fueron "alarmantes" las ratas y los monos por igual llegaron a un estado de adicción tal, que presionaron el boton miles de veces, al punto de llegar al borde de la muerte, eligiendo incluso la cocaína a comida, estos estudios fueron financiados por el gobierno estadounidense y altamente publicitados por las campañas anti-drogas de los '80 y '90.


   La parte de la historia que no se contó fue la siguiente: Las ratas y los monos eran encerrados en jaulas de plástico, sin absolutamente nada más que hacer que inyectarse cocaína todo el día (incluso los investigadores deliberadamente usaron ratas que no habían comido apropiadamente sabiendo que esto las hacía más propensas a la dependencia para obtener resultados más "alarmantes"). Más aún en una segunda fase de la experiencia se le dió una opción al animal, podían elegir entre una dosis de agua azucarada y la habitual dosis de cocaína -las ratas aprendieron a controlar sus hábitos de dependencia-, asímismo cuando se les dió la opción de interactuar socialmente con otras ratas y de jugar o hacer ejercicios el nivel de consumo de cocaína disminuyó drasticamente. De aquí que sea importantísimo el entendimiento del fenómeno de la adicción para poder aceptar la enfermedad de un pariente o amigo enfermo como tal, y ayudarlo a curarse.



  Igualmente hay factores en juego que pueden determinar la suceptibilidad de una persona a cierta adicción o dependencia, desde el ambiente donde se desenvuelve el individuo y su situación socio-económica y psico-social hasta la historia familiar de dependencias y el uso preferido de ciertas sustancias sobre otras, lo que nos lleva al hecho de que algunas personas estan genéticamente predispuestas a una dependencia.


  El problema de tener personas adictas a cierta sustancia, o más aún, el potencial adictivo que puedan tener ciertas sustancias no se resuelve con la estigmatización de la sustancia y el usuario por igual, sino que pasa por una revisión del problema y su efectiva categorización como enfermedad, y a gran escala, como problema de salud pública. De nuevo el llamado es a los organismos oficiales, en cada ámbito (el país o la universidad) para que aporten la información necesaria, precisa y científica que nos lleve a tomar una desición consciente, basada en hechos y no en dogmas sociales y morales o estereotipos consecuentes de la desinformación.


Fuentes: [1],[2],[3],[4]

1 comentarios:

Anónimo 4 de noviembre de 2009, 16:28  

Hola, aprovecho este espacio para comentar un poco sobre mí, yo crecí como una joven común de nuestra Venezuela (con buenas calificaciones, buen sentido común, con recursos económicos y culturales), una tarde me invitaron a fumar marihuana, y porqué no, acepté... me gustó mucho, el alcohol sólo me hacía vomitar y crecer la panza, el cigarrillo sólo irritaba mi garganta y obscurecía mis pulmones, el alcohol si lo tomaba mucho empezaba a desvariar y olvidar además me ponía como caliente con quien fuera, desarrollando mi lado perverso sexual, podía terminar besándome con quien sea y luego incluso no recordarlo. Con la marihuana podía sentirme lúcida, relajada... como si hubiera meditado por horas, la marihuana me permitió identificar mucho de mí misma, llegué a descubrir muchos miedos y virtudes, luego... continué fumando muy esporádicamente y tranquilamente sin sentir la "adicción", pero exactamente fue cuando empezé a sentir el rechazo social cuando sentí dependencia. Mi madre no hallaba en dónde esconderse o cómo gritarme y herirme para que yo no fumara más, varios amigos a los que le comenté lo que hacía (por confianza) decidieron alejarse de mí... Parece que desde el día que probé la marihuana mi identidad hubiera cambiado, como si mis sentimientos se hubieran convertido en monstruos devorantes sociales. Me sentí muy triste, muy mal... y decidí continuar fumando, como ya la gente que no fumaba no me quería empezé a reunirme con grupos de drogadictos a grande escala, conocí a gente que se injectaba al lado de mí, mientras yo sólo fumaba un porro, sentí el aroma de la piedra de otro conocido, pero ellos me entendían aunque nunca fueron mis amigos, y eso siempre lo tuve en cuenta. Mi madre se dió cuenta de lo que hacía con más frequencia... seguía atacándome la sociedad! me atacaba! me atacaba! me tenían desesperada... entonces mis calificaciones en la universidad descendieron notablemente, mis ánimos para asistir a clases se voltearon, pues igual, la mirada que juzga afilada me hizo girar muchas veces, reprobé un par de años, tuve más peos ya lejanos a las drogas, con gente violenta que anda en la calle... y le perjudican la vida a una, entonces eso... mi necesidad de independencia aumentó, conseguí empleo, mejoré mis calificaciones, dejé de pararle bolas tanto a la gente que tanto me criticaba mientras se podrían en cigarrillo y se orinaban en alcohol...


Continué fumando, ya luego de que empecé a sentirme independiente, el consumo disminuyó notoriamente! Me dí cuenta de que el ataque social era el que me hacía sentir más adicta cada vez... por eso tal vez con el alcohol muchos no admiten la adicción, porque no sienten y no hay un público discriminándote cada vez que tienes una fría en la mano.


Yo sigo fumando marihuana, y no me arrepiento. Ahora cada día estoy más cerca de tener mi propio espacio en donde nadie tiene porqué saber que lo hago... Mis calificaciones son buenas, ya yo me deshice del prejuicio...

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